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Historias en la nada

martes, mayo 02, 2006

Naufragio

"...Las mujeres y los niños primero". La verdad es que no entendía por qué las mujeres tenían que ir antes que los hombres. Y si yo iba solo en el barco, ¿por qué tenía que dejar turno a toda esa gente? El barco se hundía rápidamente, así que cogí lo puesto y corrí a lo largo de la cubierta sorteando a los 1200 pasajeros que allí se encontraban.
Los botes estaban llenos. No había perdido la esperanza en 22 años por nada, no la iba a perder ahora simplemente por encontrar un miserable bote donde poder salvar mi pequeño pasado y mi gran futuro del naufragio.
"Sigan las instrucciones de la tripulación". ¿Qué instrucciones? Si seguía sus instrucciones moriría ahogado, así que tenía que seguir a mi instinto. Busqué entre mi bolsillo lo único que me hacía encontrar un rumbo en los momentos menos fáciles y los más dificiles. Tenía que salvarme. Por el pasado y por el futuro.
Podía ver como la gente prefería tirarse por la borda, antes que morir ahogada con el barco. Yo no podía hacer lo mismo. No era un cobarde.
Pero no podía perder la calma. Me senté en una mesa, saqué mi cuaderno de notas y comencé a escribir. No era una carta de despedida, sino una carta de bienvenida. Nos volveríamos a ver en algún lugar mucho mejor que este. Un lugar donde no se distinguiera el blanco del negro, ni el bien del mal. En esa carta iba todo. Mi vida, mi pasado y mi futuro, pero la esperanza me la quedé yo.
Una vez terminada la carta se la acerqué a una mujer dentro de uno de los botes. Quería que llegara a su destino. Me despedí y esperé. Esperé que ocurriera algo. Y ocurrió. Ocurrió lo que tenía que ocurrir: Nada

1 Comments:

  • ¿Ibas en el Titanic y yo no me enteré? :p
    Hablando en serio...
    Mi única salvación es escribir. Quizá el protagonista también se salvara así. Hay gente que lucha por la paz. Todo el mundo tiene derecho a tener sus excentridades ;)

    By Anonymous Anónimo, at jueves, mayo 04, 2006 7:10:00 p. m.  

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