<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d21314927\x26blogName\x3dHistorias+en+la+nada\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://nonamed30.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://nonamed30.blogspot.com/\x26vt\x3d-6767049391055223862', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Historias en la nada

lunes, mayo 15, 2006

La vida

Egoista, caprichosa y manipuladora. Así es ella. Sin ella muero y con ella no vivo.
Pensará si saca algún beneficio si le pides algo. Si dice que no, rebájate, ella tiene todas las de ganar.
Si se le antoja algo lo tendrá. Ya sea tuyo o de otro, no intentes sucumbir a sus encantos, porque aún te enredarás más en su red.
Si sabes que ella hizo mal conseguirá hacerte ver que el malo eres tú. Es toda una maestra del arte.
Lucha e intenta ganarle la partida, porque la guerra la tiene ella en sus manos. Pero nunca te rindas. Está diez escalones por encima y de vez encuando el ascensor funciona. Si te mira por encima del hombro dale tú la espalda. Pero no lo olvides: egoista, caprichosa y manipuladora. Así es ella.

martes, mayo 02, 2006

Naufragio

"...Las mujeres y los niños primero". La verdad es que no entendía por qué las mujeres tenían que ir antes que los hombres. Y si yo iba solo en el barco, ¿por qué tenía que dejar turno a toda esa gente? El barco se hundía rápidamente, así que cogí lo puesto y corrí a lo largo de la cubierta sorteando a los 1200 pasajeros que allí se encontraban.
Los botes estaban llenos. No había perdido la esperanza en 22 años por nada, no la iba a perder ahora simplemente por encontrar un miserable bote donde poder salvar mi pequeño pasado y mi gran futuro del naufragio.
"Sigan las instrucciones de la tripulación". ¿Qué instrucciones? Si seguía sus instrucciones moriría ahogado, así que tenía que seguir a mi instinto. Busqué entre mi bolsillo lo único que me hacía encontrar un rumbo en los momentos menos fáciles y los más dificiles. Tenía que salvarme. Por el pasado y por el futuro.
Podía ver como la gente prefería tirarse por la borda, antes que morir ahogada con el barco. Yo no podía hacer lo mismo. No era un cobarde.
Pero no podía perder la calma. Me senté en una mesa, saqué mi cuaderno de notas y comencé a escribir. No era una carta de despedida, sino una carta de bienvenida. Nos volveríamos a ver en algún lugar mucho mejor que este. Un lugar donde no se distinguiera el blanco del negro, ni el bien del mal. En esa carta iba todo. Mi vida, mi pasado y mi futuro, pero la esperanza me la quedé yo.
Una vez terminada la carta se la acerqué a una mujer dentro de uno de los botes. Quería que llegara a su destino. Me despedí y esperé. Esperé que ocurriera algo. Y ocurrió. Ocurrió lo que tenía que ocurrir: Nada