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Historias en la nada

miércoles, marzo 29, 2006

Carta desde el Tercer Mundo

Hola, soy un niño nacido en un país del Tercer Mundo. Tengo 8 años. Mi nombre no importa, aunque a veces ni lo recuerdo.
Vivo con mi madre y mis tres hermanas. Mi padre murió a causa de una mina colocada por alguien en el campo. Mis dos hermanos combaten en la guerra. Mi madre dice que están defendiendo mi país pero no sé de quien. a mí aún me quedan dos años.
Mis dos hermanas pequeñas y yo vamos a un colegio donde una señora muy buena nos enseña. Allí tengo muchos amigos, pero echo de menos a Saib. Hace 10 días que no le vemos.
Me gustan los coches. Cuando sea mayor y termine la guerra quiero uno como el del presidente de mi país. Es grande y negro, muy bonito. Lo vi una vez que nos visitó.
Ahora tengo una bici que me regaló mi madrina. Se llama Lucy pero no la conozco. Vive muy leos y todos los meses recibo una carta con un regalo. Yo ya sé leer la carta porque nos enseñó la maestra. el mes pasado me regaló 4 bolitas. Dice que se llaman nueces y que dan suerte. Las repartí con mis hermanas.
Me gustaría que terminara la guerra y volver a ver a mis hermanos. No me gusta el ruido del fuego cerca de casa mientras duermo. A veces Kalima se despierta llorando y yo le doy mi nuez y las cogemos los dos entre nuestras manos y las apretamos para tener suerte. A veces el ruido para, otras veces no.
Aquí termina mi carta de presentación. Espero que alguien la lea y me conteste... antes de ir a la guerra.


Firma: Un niño tercermundista.

viernes, marzo 17, 2006

Un Diálogo

El hombre: Y ahora ¿qué? ¿No ves que soy un simple mortal? ¿Qué si me golpeas me duele y si me haces cosquillas río? ¿No lo ves? Soy como el resto. Lloro, sufro, río, sueño... Para de una vez. No sigas apretando. ¿No ves que me vas a ahogar? No puedo soportar esta carga que me impones. No quiero entrar en el cielo, no me interesa, pero el infierno no es mi sitio. No he elegido terminar así, no merezco terminar así.

El diablo:
No eres más que un niñato. ¿Así crees que evitarás tu condena? Ni lo sueñes. Haberlo pensado antes. Aquí sólo vienen los desechos y tú eres uno de ellos. Es tarde para arrepentirte, lo hecho hecho está. ¿No te gusta mi hogar? Pronto será el tuyo. No es tan malo como parece. Al menos no tan malo como ese del que vienes. Lleno de guerras, hambre y enfermedad. Vosotros sois los creadores, yo no tengo nada que ver. Ven a mis brazos hijo mío.

El hombre:
Déjame respirar una última vez, deja que vuelva a contemplar la vida por última vez. Tienes razón aquí abajo no puede ser peor que en la tierra. Quiero dormir.

domingo, marzo 05, 2006

Viejas heridas

A veces, cuando crees que una herida está a punto de cicatrizar y quedar solo una pequeña marca te das cuenta de que no estaba tan cerrada como creías y sin quererlo vuelve a sangrar.
Parece que todo vuelve a empezar. Lloras, sufres, sangras y palpitas sin razón aparente. Te miras frente al espejo y vuelves a ver una estrella sin luz, un payaso sin sonrisa... Y decides retar a ese que tienes delante, pero notas que él está tan jodido como tú. Por una vez tu reflejo no está adulterado.
La misma herida reabierta con el mismo objeto y sin encontrar una posible cura, aunque de sobra sabes cual puede ser la medicina pero hay demasiada demanda y demasiado listo que no guarda su turno.
Supongo que la cola no es interminable y algún día llegaré a por la medicina, mientras tanto la herida seguirá abriéndose o volverá a curar, aunque quizás la mejor medicina sea el mismo objeto que abrió la herida...

miércoles, marzo 01, 2006

Una pequeña e inútil reflexión

¿Cuánto cuesta pasar esa fina y a la vez gruesa barrera que separa la amistad del amor?
Lo único que buscamos es un amigo con derecho a sexo, por eso no traicionas a tu sexualidad. Y amigos hay pocos muy pocos. Aquel que es tu amigo, un día se le puede olvidar que lo es. Aún así hay mucha gente en la que se puede confiar. Y si realmente en el amor buscamos un amigo con derecho a sexo no entiendo ese afán de posesión que queremos tener sobre la otra persona. Y lo queramos o no, el amor es un camino de una única dirección. Si osas cruzar la frontera no creas que hay vuelta atrás.
He estado enamorado, no lo voy a negar, pero no sé si de una persona o de ese ideal, que tan de moda se ha puesto últimamente, sobre esa persona.
Ahora cuesta más decir "te quiero" porque quizás esa sea la barrera de la que hablaba antes. A los que quiero ellos lo saben sin decírselo.
A partir de ahora pondré en una balanza lo que gano y lo que pierdo al pasar la barrera. Pero bueno nadie ha muerto de abstinencia...
Aún me quedan algunas promesas que cumplir y tengo la manía de cumplirlas, salvo que alguien me lo impida.
Y ahora se cruza otra persona en mi vida con la cual me niego a rebasar la línea. Demasiado cariño la estoy cogiendo como para volverla a cagar... otra vez.